Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
El trastorno obsesivo-compulsivo está caracterizado por la
presencia de obsesiones; estas se definen como ideas, imágenes o impulsos
recurrentes e intrusivos, no deseados, que provocan ansiedad. Además, algunas
personas se sienten impulsadas a llevar a cabo repetidamente ciertos rituales
(compulsiones) consistentes en acciones o actos mentales concretos con el
objetivo de intentar disminuir o prevenir la ansiedad causada por las obsesiones.
- La mayoría de los comportamientos obsesivo-compulsivos se encuentran relacionados con la existencia de preocupaciones por sufrir algún tipo de daño o riesgo.
- El tratamiento incluye opciones como la terapia de exposición (que incluye la prevención de los rituales compulsivos) y determinados antidepresivos (como los inhibidores de recaptación de la serotonina o la clomipramina).
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es algo más frecuente
en mujeres que en varones y afecta entre el 1 y el 2% de la población. Los
niños también pueden padecer este trastorno. Hasta un 30% de las
personas con TOC han sufrido o sufren un trastorno por tics.
El TOC difiere de los trastornos psicóticos, ya que en estos
últimos la persona pierde el contacto con la realidad. El TOC también difiere
del trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo (ver El trastorno de
personalidad obsesivo-compulsivo), aunque las personas con estos trastornos
pueden presentar algunas características comunes, como ser ordenadas, fiables o
perfeccionistas.
Síntomas
Las personas con TOC tienen obsesiones: pensamientos,
imágenes o impulsos que se producen una y otra vez a pesar de no ser deseados.
Estas obsesiones se entrometen incluso cuando la persona está pensando y
haciendo otras cosas. Además, estas obsesiones suelen provocar una fuerte
angustia o ansiedad. Las obsesiones suelen implicar pensamientos de daño,
riesgo o peligro.
Entre las obsesiones más frecuentes se encuentran las
siguientes:
- Preocupaciones sobre temas de contaminación (por ejemplo, pensar que al tocar el pomo de una puerta se puede contraer una enfermedad)
- Dudas (por ejemplo, preocupaciones acerca de si la puerta de entrada ha quedado bien cerrada)
- Preocupación por si los objetos no están perfectamente alineados o nivelados.
Como las obsesiones no son agradables, la persona trata de
ignorarlas y/o controlarlas.
Las compulsiones (también llamadas rituales) son una manera
que tiene la persona de responder a sus obsesiones. Por ejemplo, es posible que
se sienta impulsada a hacer algo práctico y de forma repetitiva e intencionada
para tratar de prevenir o aliviar la ansiedad causada por sus obsesiones.
Entre las compulsiones más frecuentes se encuentran las
siguientes:
- Lavarse o limpiarse excesivamente debido a la sensación de estar contaminado
- Hacer comprobaciones para liberarse de una duda (por ejemplo cerciorarse de que la puerta ha quedado cerrada)
- Contar (por ejemplo, repitiendo una acción un cierto número de veces)
- Ordenar (por ejemplo, disponiendo la vajilla o los elementos del espacio de trabajo de una manera determinada)
La mayoría de los rituales, como lavarse las manos de manera
excesiva o la reiterada comprobación de que la puerta ha quedado bien cerrada,
son evidentes u observables. No así otros rituales como, por ejemplo, contar de
forma repetida o murmurar frases destinadas a disminuir un supuesto peligro.
Es posible que los rituales se tengan que llevar a cabo de
una manera precisa siguiendo unas reglas rígidas. Los rituales pueden tener
conexión lógica con la obsesión o no tenerla. Cuando las compulsiones tienen
conexión lógica con la obsesión (por ejemplo, ducharse para evitar estar sucio
o verificar el buen funcionamiento de la estufa para evitar incendios), son
claramente excesivas. Por ejemplo, la persona puede ducharse diariamente
durante horas o verificar el buen funcionamiento de la estufa 30 veces antes de
salir de casa. Todas las obsesiones y rituales son absorbentes. La persona
puede invertir diariamente horas en ellos. Pueden causar tanta angustia o
interferir tanto en el funcionamiento diario que la persona llega a estar
incapacitada.
La mayoría de las personas que tienen TOC son hasta cierto
punto conscientes de que sus pensamientos obsesivos no reflejan riesgos reales
y de que sus comportamientos compulsivos son excesivos. Sin embargo, algunas
personas están convencidas de que sus obsesiones están fundamentadas y de que
sus compulsiones son razonables.
Algunas personas con TOC saben que sus comportamientos
compulsivos son excesivos. Por esta razón pueden llegar a realizar sus rituales
en secreto, incluso cuando hacerlo les ocupa varias horas al día. Como
resultado, sus relaciones se pueden deteriorar y pueden rendir menos en la
escuela o en el trabajo.
Cerca de un tercio de las personas a las que se les
diagnostica TOC manifiestan síntomas depresivos en el momento del diagnóstico.
En conjunto, alrededor del 40% sufren depresión en algún momento de su
evolución.
Diagnóstico
Los médicos diagnostican el TOC basándose en los síntomas:
la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones y las
compulsiones deben hacer perder mucho tiempo, causar gran angustia y afectar el
funcionamiento de la persona.
Tratamiento
La terapia de exposición y la terapia de prevención de
respuesta suelen ser eficaces en el tratamiento del TOC. La terapia de
exposición consiste en exponer de forma gradual y repetida a la persona a
aquellas situaciones o personas que desencadenan las obsesiones, los rituales o
el malestar, pero sin permitirle la realización del ritual compulsivo. El
malestar o la ansiedad disminuyen a medida que la exposición se repite, ya que
la persona se da cuenta de que los rituales no son imprescindibles para reducir
el malestar. La mejoría suele persistir durante años, probablemente porque
aquellos que han conseguido aprender a utilizar este protocolo de autoayuda son
capaces de seguirlo realizando después de haber terminado el tratamiento.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina,
como la fluoxetina (un tipo de antidepresivos) y la clomipramina (un
antidepresivo tricíclico) son eficaces. Muchos expertos creen que el
tratamiento óptimo consiste en una combinación de fármacos y terapia de
exposición (incluyendo prevención de rituales).
La psicoterapia psicodinámica (que se centra en la
identificación de patrones inconscientes en los pensamientos, los sentimientos
y las pautas de conducta del sujeto), así como el psicoanálisis, no suelen ser
eficaces en las personas con TOC.
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